
Tu fuerza, esas voz delgada y dulce. Tu presencia, las guitarreadas nocturnas donde los poetas sueñan con la luz. Tu legado, un puñados de canciones que son como ramos de flores que los colibrí soportan con no poco esfuerzo, un cráter gigante imposible de sostener por humanos, solo los pájaros que vuelan con el viento, llevan tu música y tu larga e infinita figura. Gracias y hasta siempre, Luis Alberto Spinetta.
Jamás te olvidaremos Flaco! en cualquier rincón de Baires habrá una muchacha ojos de papel subida a la nave de El Capitán Beto!!!
ResponderEliminarGracias por tantos momentos felices!
Eso! gracias por los momentos!
ResponderEliminar